La etología es una ciencia que forma parte de los estudios de Biología, Psicología o Veterinaria y cuyo campo de trabajo es el comportamiento animal. Aunque los etólogos también trabajan con animales salvajes y realizan experimentos en laboratorios, aquí vamos a referirnos a los etólogos veterinarios, especializados en el estudio del comportamiento, la conducta o los instintos de las mascotas.
Algunas personas describen al etólogo como un psicólogo de mascotas, una forma sencilla de explicar un trabajo complejo. Evidentemente el etólogo no va a sentar a nuestro perro en un diván y va a tratar de solucionar sus conflictos y traumas, sino que va a estudiar su conducta y los condicionantes que influyen en la misma para entender los posibles trastornos de un animal.
No hay que confundir el trabajo de un etólogo con el de un educador de perros. El trabajo del etólogo es mucho más profundo ya que trata de conocer el origen del problema del animal concreto basándose en sus estudios sobre la especie y además de aportar soluciones que pueden ser simples normas de comportamiento o cambios en la manera en la que nos relacionamos con la mascota, también puede ofrecer soluciones farmacológicas si son necesarias.
¿Cuándo acudir al etólogo?
Si nuestro perro o gato comienza a presentar problemas de conducta el primer paso es acudir al veterinario para descartar que haya un problema físico. Por ejemplo, muchos animales que eran pulcros y aseados comienzan a orinar o defecar en el suelo y no porque se porten mal, sino porque están enfermos y no pueden contenerse.
Si se descarta una enfermedad, el veterinario puede ayudarnos a valorar si el problema es leve y lo podemos resolver en su consulta o si debemos de acudir a un especialista en etología.
¿Cómo trabaja un etólogo?
Cada profesional tiene sus métodos de trabajo, no obstante estas son las pautas más habituales de trabajo de un etólogo:
– En la primera consulta se realiza una entrevista al dueño de la mascota. Normalmente se trata de un cuestionario amplio en el que se preguntan todo tipo de cosas y se trata de obtener datos sobre la vida diaria del animal, pero también del carácter y actitud del dueño. El propietario de una mascota, siendo bienintencionado, puede estar actuando incorrectamente con ella y ser la causa de un trastorno en la conducta del perro o gato.
-En algunas ocasiones esta entrevista es suficiente para ofrecer un primer diagnóstico y comenzar a trabajar con el animal. El etólogo indicará al dueño de la mascota qué debe de hacer y se observarán los resultados en otras sesiones.
– Otras veces son necesarias más sesiones para encontrar la causa del problema. Es posible que el etólogo solicite vídeos del animal para ver cómo actúa dentro de su hogar y en algunos casos es posible que sea necesaria la visita para poder ver con sus propios ojos el comportamiento de la mascota.
¿Qué tipo de problemas pueden ayudar a solucionar?
Problemas de comportamiento, obsesiones (comer lana, trastornos compulsivos…), ansiedad por separación, vocalizaciones (ladridos o maullidos que no responden a una causa concreta y que pueden ser muy molestos), problemas de ansiedad causados por la llegada de un nuevo miembro animal o humano a la familia o incluso depresiones. Estos son tan solo algunos ejemplos de problemas que pueden necesitar de la ayuda de un especialista en etología veterinaria.
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